Si hay algo que odio es estar con la moral baja y sin embargo sé que es inevitable. Supongo que cualquier persona lo odia. Yo personalmente no le encuentro sentido y a pesar hay muchas veces que estoy demasiado triste. ¿Porqué estarlo? Estoy harta que los problemas típicos de una adolescentes del día a día hagan de mi vida una mierda. Añoro esos días de infancia donde nada te preocupaba y soñabas con elevarte, con llegar hasta el cielo, lo añoro. Es algo que aun quiero hacer, un sueño que aun permanece, rastro de esos momentos de infancia. Cuando era pequeña adoraba los fuegos artificiales, aun los adoro. Soñaba con ser uno, algo efímero que se escapa de tus manos, que solo dura un par de segundos pero que en esos momentos hace que sonrías. Un pequeño fuego artificial que al juntarse con más hace que sonrías, rías y lo admires. Aun quiero ser ese fuego artificial, quiero resaltar entre el resto por como soy y mis actos. No quiero preocuparme de nada, como si mi vida solo durara 10 segundos. Quiero vivir al día. Alegrar al resto. Ser feliz y multicolor y no vivir la vida de color gris. Aun quiero ser como un fuego artificial, brillar, llegar al cielo, tocarlo y vivir en paz. Y desde luego admiro a la gente que piensa igual, que quiere brillar.
